¿Por qué acumulamos grasa?
Las grasas son una forma de reserva energética y protección del cuerpo. Cuando comemos más de lo que necesitamos, lo que el cuerpo no utiliza se transforma en ácidos grasos y se acumulan en los tejidos musculares. La diferencia en la acumulación de grasa entre las personas es de origen genético.
Una medida para prevenir
Un estudio publicado en el European Health Journal asegura que si el diámetro de la cintura dividido por el diámetro de las caderas, supera a 0,91, se triplica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y también aumenta la posibilidad del surgimiento de otros padecimientos como diabetes.
Paso 1: Reducir la sal
Ya sea como condimento, en comidas procesadas, enlatadas o en aderezos varios, la sal es enemiga de las panzas chatas. El sodio atrae el agua, entonces, cuando ingerimos sal en mayor cantidad de la necesaria, retendrás fluidos y tu silueta tomara una apariencia redondeada. Ni hablar de que también se verá reflejada en la balanza.
Paso 2: Comer frutas y verduras anaranjadas
Según recientes estudios, las frutas y vegetales más convenientes para bajar los rollitos de la cintura son las de color anaranjados, por su alto contenido en fibra, antioxidantes, la vitamina C y el beta caroteno. La zanahoria, las naranjas, el melón y los duraznos están en este grupo.
Paso 3: Menos carbohidratos
Los músculos guardan como fuente de energía una clase de exceso de carbohidrato llamada glucógeno. Con cada gramo de glucógeno se almacena junto con 3 gramos de agua. Si no eres un deportista profesional, no necesitas una gran concentración de energía y agua en tus músculos.
Proteínas al rescate
Una dieta rica en proteínas y reducida en hidratos de carbono puede hacer liberar el exceso de fluídos y la grasa de tu cuerpo. Las proteínas deberían cubrir el 25% de la ingesta calórica diaria, además ayudan a la sensación de saciedad y aportan mucha energía al organismo, sin efectos negativos sobre el peso.
Paso 5: Más vegetales cocidos
Los vegetales cocidos aunque no tienen un valor nutritivo similar a los crudos, ocupan mucho menos lugar en el intestino. Si deseas un vientre plano come vegetales cocidos (preferible al vapor que hace que no se pierdan muchos sus nutrientes) eso te permitirá no expandir tu conducto intestinal con volumen extra.
Vegetales con sodio
Si quieres evitar una hincazón en tu vientre, evita las arvejas, corazones de alcauciles y aceitunas son de los vegetales con mayor contenido de sal. Los pimientos, los vegetales de hojas verdes y los pepinos tienen el nivel de sodio más bajo. Si comes enlatados (no recomendado desde que son procesados), trata al menos de enjuagar bien los vegetales de la lata para que pueda irse parte del sodio utilizado en su conservación.
Paso 6: Evita las comidas que producen gases
Existen ciertas comidas que producen gases o flatulencias en el aparato digestivo en general y el conducto intestinal en particular. Entre ellas los frijoles guisados, arvejas, lentejas, el coliflor, brócoli, los repollitos de Bruselas, el repollo, las cebollas, los cítricos y los pimientos. Las proteínas, las grasas producen menos gases que los azúcares e hidratos de carbono.
Un reloj a mano a la hora de comer
Comer rápido produce gases y lleva a comer de más.Conviértete en un comedor lento. Saborea cada bocado.
Paso 7: No a las bebidas ácidas
Las bebidas que tienen un alto contenido de acidez como el alcohol, el café, el té, el chocolate caliente y los jugos frutales pueden irritar tu conducto intestinal y causar inflamación abdominal. Puedes tomar estas bebidas en moderación y ocasionalmente, tomar un vaso y después uno de agua es una buena estrategia.
Utiliza un vaso alargado
Cuando estés tentado de tomar alguna bebida no dietética utiliza un vaso de trago largo, que te ahorrarás entre un 25 y un 30 % de las calorías. El secreto es que un vaso largo y alto es que produce un truco visual, que acorde con un estudio de la Universidad de Cornell, hace que tomemos menos.
Paso 8: No a los fritos
Las comidas fritas se digieren mucho más lentamente y hacen que te sientas pesado e hinchado. Pero las grasas son necesarias también. Las grasas recomendadas son las grasas acidas monosaturadas que pueden ser encontradas por ejemplo en el aceite de oliva, las nueces, guacamole y chocolate negro.
Comer en casa es comer más sano
Quienes comen en su casa al menos cinco veces a la semana se mantienen delgados más fácilmente que las que se la pasan comiendo afuera.
Paso 9: Cuidado con los picantes
Condimentos como la nuez moscada, la pimienta negra, el chile en polvo, la cebolla, el ajo, el rábano picante, el ketchup, la salsa de tomate y el vinagre pueden irritar el estómago y estimular la liberación de ácidos. Utilízalos como una forma de darle sabor a tus comidas pero no abuses de ellos.
Ojo con los edulcorantes artificiales
Algunos substitutos del azúcar, sobre todo el llamado maltitol, presente en galletitas, barras de energía y caramelos dietéticos, a pesar de no tener valor calórico, pueden provocar gases, distención abdominal y diarrea. Intenta evitarlos.
Paso 10: Que no se te pegue la goma de mascar
Es un hábito muy conveniente para los ansiosos y los que sufren de halitosis o mal aliento. Sin embargo, aunque muchas veces no nos demos cuenta, al masticar un chicle o goma de mascar tragamos aire. Todo este aire innecesario queda atrapado en el conducto intestinal generando presión, inflamación y expansión del vientre.
Dormir deshincha
Según un estudio de la Universidad de Michigan, dormir una hora extra por día puede hacerte bajar unas 14 libras al año. Si esa hora extra de sueño logras tenerla a una hora de la noche donde probablemente hubieras comido un tentempié, el ahorro calórico de esa hora puede llegar al 6 por ciento.