Pacientes con cáncer prostático son más propensos a decidir qué tratamiento quieren recibir cuando tienen la información adecuada.
Un nuevo estudio revela que cuando reciben información adicional, los pacientes con cáncer prostático son más propensos a decidir qué tratamiento quieren recibir y son menos propensos a optar por la cirugía para extirpar la próstata.
Un equipo de Holanda determinó que el 2 por ciento de los pacientes seguía indeciso después de recibir información sobre las dos o tres terapias disponibles, comparado con el 8 por ciento de los pacientes que realizaban las consultas habituales.
Y el 65 por ciento de los pacientes más informados prefirió que se le extirpara la próstata (prostatectomía), comparado con el 73 por ciento que menos información había recibido.
"Este estudio coincide con una gran cantidad de otros ensayos clínicos sobre la cirugía", destacó Floyd J. Fowler, asesor científico senior de la Fundación para las Decisiones Médicas Informadas (IMDF, por su nombre en inglés), Boston.
Fowler, que no participó del estudio, recordó que los estudios previos habían demostrado que los pacientes tienden a optar por los tratamientos más conservadores si tienen más información.
Para determinar si una "ayuda para la decisión" (una entrevista estructurada con los pros y contras de los tratamientos) ayudaba a los pacientes a decidir o cambiar entre varias opciones terapéuticas, el equipo controló a 240 pacientes de tres hospitales entre el 2008 y el 2011.
El equipo de Julia J. van Tol-Geerdink, del Centro Médico de la Universidad de Radboud, Nijmegen, Holanda, organizó al azar a 163 en dos grupos: uno recibió información extra y otro, con 77 integrantes, realizó las consultas médicas habituales (grupo control).
Urólogos conversaron con los pacientes de ambos grupos y les informaron cuáles eran las opciones terapéuticas disponibles, sin que los participantes tomaran aún una decisión. Uno de los grupos tuvo una segunda consulta con un investigador, que le describió detalladamente cada tratamiento. El grupo control sólo concurrió a las consultas de seguimiento.
Se registraron las preferencias terapéuticas individuales y los efectos adversos que más les preocupaban a los pacientes.
El 65 por ciento del primer grupo quería que le extirparan la próstata; el 33 por ciento prefería recibir radioterapia, y el 2 por ciento se mantuvo indeciso, comparado con el 73, el 20 y el 8 por ciento, respectivamente, del grupo control.
Además de la sobrevida, a los pacientes les preocupaban los trastornos intestinales y urinarios. No tanto los trastornos sexuales y la cirugía.
Van Tol-Geerdink no respondió a tiempo las consultas de Reuters Health. Su estudio pertenece a una gran cantidad de investigaciones que busca demostrar que la participación de los pacientes en la toma de decisiones terapéuticas lleva a mejores decisiones, según dijo el doctor Michael J. Barry, médico de atención primaria del Hospital General de Massachusetts, Boston, y presidente de IMDF.
Barry y Fowler coincidieron en que el estudio habría sido mejor si los autores les hubiesen ofrecido a los pacientes la posibilidad de monitorear el avance del cáncer, lo que se conoce como "espera vigilada".
A pesar de esa limitación, los investigadores recomiendan en British Journal of Urology International que los hospitales y los médicos utilicen "ayudas para las decisiones".
La Sociedad Estadounidense de Oncología estima que este año se les diagnosticará la enfermedad a 241.740 hombres y que 28.170 morirán por esa causa.