Hay dos motivos prinncipales para hacerse un masaje:
1. Para aliviar un dolor o problema.2. Para mantener la forma física.
Un tratamiento de varias sesiones puede resolver problemas de dolor de espalda, circulación, insomnio, stress, articulares.
En algunos casos - dependiendo de la causa - un solo masaje puede resolver el problema, en algunos casos el tratamiento debería ser parte de las actividades habituales.
Es el caso de problemas como artrosis y otros problemas crónicos.
La artrosis implica un desgaste del cartílago que provoca frecuentes pinzamientos del nervio - el dolor proviene de esos pinzamientos y no del desgaste del cartílago - por lo que el masaje debería plantearse como una actividad profiláctica.
En un primer momento hay que relajar el musculo y permitir que el pinzamiento se resuelva.
Pero una vez logrado el alivio debería conseguirse fortalecer la musculatura, de manera que las estructuras óseas no queden a merced de la gravedad. Una espalda fuerte sostiene los huesos y los mantiene en su lugar, evitando los pinzamientos.
Una disciplina de un masaje semanal o quincenal puede evitar que se produzcan los dolores, si bien la artrosis sigue existiendo.
Una disciplina de natación produce el mismo efecto. Tanto el masaje como la natación fortalecen la musculatura sin someter las articulaciones a stress.
La natación libera las articulaciones del efecto de la gravedad, se ejercita la musculatura sin que los huesos se vean afectados, lo mismo sucede en el masaje.