La verdad es que siempre me había llamado la atención que algunos ancianos, según iban ganando años, se iban agachando hacia delante. Y no me refiero a que les saliese “chepa”: la joroba (también conocida como hipercifosis) se distingue claramente, se puede seguir la línea de la columna para ver cómo se incurva, y la cabeza adopta una posición adelantada respecto al eje del cuerpo.
Sin embargo, lo que les suele pasar a los ancianos es que se “caen” hacia delante, como si fuesen la torre de Pisa. De hecho, si los puedes ver desnudos, observarás que las costillas están más bajas, en algunos casos llegando a tocar las palas ilíacas. ¿Qué demonios pasa aquí?
Perdonad la flecha, pero no podía escanear la placa de un paciente,
y tuve que cogerla de un anuncio…
Pues que con los años, las cosas se gastan, la osteoporosis hace de las suyas, y aparecen las fracturas vertebrales: lo que era un bloque de hueso duro como hormigón se ha vuelto enclenque y se aplasta, adoptando la forma de una cuña, inclinando hacia adelante el eje de la columna y disminuyendo la altura. Y doliendo. Pero para esto último estoy preparando una entrada sobre analgésicos y antiinflamatorios…