Diversos estudios demuestran los beneficios de seguir una vida activa. Uno de ellos, realizado por investigadores del Instituto Universitario Cemic de Buenos Aires y que incluyó a 337 personas mayores de 80 años, defiende que el 78% de las personas que realizan actividad física de forma regular, alargan la vida al menos cinco años, frente al 46% de supervivencia en el caso de las personas sedentarias.
Los autores del estudio recomiendan, tras analizar los resultados, realizar 30 minutos de actividad física al día, cinco veces a la semana y proponen como actividades: nadar, caminar, hacer gimnasia acuática, bailar o montar en bicicleta.
Otro trabajo, llevado a cabo por la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha estudiado a 1.861 personas con edades comprendidas entre los 70 y los 88 años, con el objetivo de comparar la esperanza de vida de las personas consideradas activas (mínimo de cuatro horas de ejercicio semanal) y de las pasivas (personas sedentarias).
El estudio demuestra que, de las personas mayores de 70 años, solo el 15% de las consideradas activas murieron durante los 8 años posteriores, mientras que fallecieron el 27% de las pasivas; del grupo de personas de 78 años, murieron, durante ese periodo, el 26% de las personas activas frente al 41% de las pasivas; y finalmente, el estudio también revela que de las personas del grupo de ancianos de 86 años, sólo fallecieron el 7% de los individuos activos, frente a un 24% de los pasivos en los tres años siguientes.
“Cuando nos hacemos mayores, nos volvemos más sedentarios, favoreciéndose el deterioro del aparato locomotor. Además; se pierde masa muscular, por lo que el mecanismo de regulación de la glucosa se ve disminuido, las arterias pierden elasticidad, y se altera el metabolismo de las grasas, lo que favorece la aparición de diabetes, hipertensión, obesidad e hipercolesterolemia”, destacó la Dra. Araceli Boraita, vocal representante de las sociedades filiales de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardióloga del Centro de Medicina del Deporte. “En cambio, si nos mantenemos físicamente activos a lo largo de nuestra vida y seguimos así una vez entrados en la vejez, además de mejorar nuestra elasticidad, coordinación y musculación, disminuiremos la probabilidad de padecer estas enfermedades”, prosiguió.