Las emociones tienen un gran poder dentro de nosotros que debemos conocer, pues poseen el poder de darnos la salud o de, por el contrario, quitárnosla.
El ser humano es un ser integral compuesto de cuerpo físico, mente- emociones y Shen (Espíritu), cuando una de las partes está mal repercute en las otras, por ejemplo, si estamos siempre preocupados por todo, terminamos afectando al estómago y al bazo-páncreas; o también puede suceder que, como consecuencia de una hepatitis, estemos de mal humor ante la más mínima contrariedad.
La mayor parte de las veces sucede el primer ejemplo, solemos nacer sanos, y por complicaciones mentales- emocionales vamos enfermando, expertos conocedores del tema aseguran que esto sucede en el 99 por ciento de las veces, sólo un uno por ciento se relacionaría con el ejemplo segundo.
Según la Medicina Tradicional China, de una antigüedad constatada de cinco mil años, cada emoción básica se halla unida a un órgano:
- la cólera al hígado y vesícula biliar
- la alegría al corazón e intestino delgado
- la reflexión al estómago y bazo-páncreas
- la tristeza al pulmón e intestino grueso
- el miedo al riñón y vejiga
Todos los órganos citados tienen unos canales dentro del cuerpo, a modo de autopistas o carreteras, por las que circula la energía, cuando nosotros nos estancamos en una o varias emociones, se produce el atasco de la energía, que con el paso del tiempo, dará lugar a la enfermedad dentro de ese órgano. Las emociones que nos dañan, por ser alimentadas, pueden ser variadas y dañar varios órganos al mismo tiempo.
No es que las emociones citadas en sí sean negativas, lo que sí lo es, es el quedarse anclado en esa emoción durante tiempo y tiempo (aunque sea a nivel subconsciente), por ejemplo el miedo a quedarse sin trabajo, a no tener casa, a quedarse sin pareja, va dañando nuestros riñones y será muy fácil tener infecciones renales o cálculos o lumbago, etc.
Es interesante e importante recordar que un problema de un órgano favorece la aparición de emociones exageradas o desproporcionadas.
Los más afectados suelen ser el corazón, el hígado y el bazo.
El corazón es el rey de todos los órganos y además controla la mente, por tanto cuando un órgano se halla desmandado en su función, termina dañando al corazón, producirá palpitaciones, pesadillas, insomnio, alteraciones mentales, manías, etc.
El hígado alterado produce depresión, mal genio, suspiros, tumores de mamas, ovarios o útero, dolor en los flancos, etc.
El bazo se manifestará con anorexia o por el contrario, exceso de apetito, vientre abultado, etc.
Fuente: Angeloterapia.