Aproximadamente el 70% de las personas mayores de 40 años posee protrusiones discales, hernias o adelgazamiento de los espacios intervertebrales según muestreos y estudios de vanguardia. Bajo este hallazgo se deduce que gran parte de la población convive asintomáticamente con problemas de columna, los cuales no son descubiertos salvo que exista la necesidad de realizar un estudio por imágenes.
Al aparecer un episodio agudo de dolor de cintura, el error más común es atribuirle la culpa a la hernia o protrusión que resalta en el estudio realizado por el médico. Lo más probable que esta sea preexistente y en solo el 10% de los casos es la real causante del dolor.
Los dolores de cintura pueden tener origines muy diversos e incluso pueden ser la suma de varias causas. Las causas más frecuentes son:
Espasmos o contracturas musculares. Producen dolor difuso que se acentúa con la contracción muscular. Pueden ser motivo de malos movimientos, posturas estáticas inadecuadas o traumatismos en los que la energía traumática ha sido compensada por el cuerpo mediante contracción muscular.
Problemas Viscerales: Ciertas patologías o desarmonías en las vísceras irradian el dolor a la cintura. Un claro ejemplo es el dolor de cintura de la mujer en periodo menstrual.
Rociones o traslaciones vertebrales: Aparecen luego de un traumatismo, o son descompensaciones de escoliosis.
Hernias de disco y protrusiones: Un pequeño porcentaje de las dolencias de cintura se deben realmente a compresiones nerviosas discales.
Diferencia de largo de piernas o problemas de pisada: En estos cuadros el cuerpo tiene que adaptar su postura, creando escoliosis funcionales a expensas de gasto de energía y tensión ligamentaria.
Cualquiera sea la causa un buen osteópata posee test efectivos para diagnosticar y tratar de forma correcta el dolor lumbar. Solo para una muy pequeña parte de ellos están bien indicadas las cirugías, no para la mayoría. Tomar medicamentos solo sirve para salir del episodio agudo de dolor, pero si se toman de forma crónica, solo se está tapando el problema y generando otro a futuro más grave. Lo ideal es encontrar la causa real, tratarla y dejar que el cuerpo restaure su salud.