Existen dos grandes tipos de diagnóstico de la tiroides, según su funcionamiento:
- Hipotiroidismo e,
- Hipertiroidismo
Existen muchos casos en los que hay personas que llevando una dieta correcta e ingiriendo las kilocalorías que su cuerpo necesita, engordan. Esto es debido a que la glándula tiroides funciona insuficientemente, lo cual hace que el nivel de TSH en sangre sea elevado (Hipotiroidismo). Si por el contrario, hay un exceso en la producción de las hormonas tiroideas, el cuerpo se acelera y ésto condiciona a que el resto de órganos trabajen en exceso (Hipertiroidismo).
Aunque hay personas que no presentan síntomas, los más habituales en el hipotiroidismo son: cansancio, estreñimiento, debilidad, sueño, intolerancia al frío, aumento de colesterol, aumento de peso,... Y en el hipertiroidismo: se acelera el corazón, sube la temperatura, diarrea, pérdida de peso, aumento del apetito, disminución del sueño, alteraciones menstruales y nerviosismo.
Las personas que sufren hipotiroidismo y necesitan adelgazar o mantener su peso, no deben llevar una dieta normal, ya que ésta no les haría nada. Lo recomendable para estas personas, a parte de que tienen que beber mucha agua, es ingerir alimentos con grandes cantidades de yodo como son las cebollas, el marisco(cuidado con el ácido úrico), los rábanos, peras, plátanos y seguir una dieta hipocalórica hecha para tí por un endocrino.
Hoy en día esto es algo muy común en las personas y su tratamiento es muy sencillo, pero antes de hacer nada por cuenta propia, si se sospecha que se puede padecer algún trastorno de este tipo, hay que ir al médico de cabecera para que lo diagnostique y realizar un análisis de sangre para confirmarlo.
En definitiva, lo mejor para las personas que padecen hipotiroidismo con tendencia a engordar (como yo), es controlar el peso con una dieta hipocalórica, llevar a cabo el tratamiento que diga el médico y combinarlo con ejercicio, por lo menos, andar todos los días 30 minutos.