La doctora Julie R. Palmer, de la Boston University en Massachusetts, manifestó a Reuters Health, que evitar evitar las hamburguesas y el pollo frito de las cadenas de comida rápida podría disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, una condición que está íntimamente relacionada con la obesidad.
Palmer y sus colegas informaron que las mujeres negras que comían hamburguesas o pollo frito al menos dos veces por semana eran entre un 40 y un 70 por ciento más propensas a desarrollar diabetes tipo 2, durante 10 años, que sus pares que nunca ingerían esos alimentos con gran cantidad de calorías.
El equipo de Palmer observó el consumo de comida rápida, el estilo de vida y el desarrollo de la diabetes en 44.072 mujeres negras que completaron cuestionarios cada dos años, desde 1995, según refiere un reporte publicado en American Journal of Clinical Nutrition.
En comparación con las mujeres que dijeron, en 1995 y nuevamente en el 2001, que nunca consumían comida rápida, aquellas que ingerían hamburguesas, pollo o pescado frito o comida china más de una vez por semana tenían en promedio un mayor índice de masa corporal (IMC, medición estándar usada para evaluar cuán gorda o delgada es una persona).
Palmer y su equipo manifiestan que no sólo el IMC de las consumidoras de comida rápida era de 28 o 29 (valor normal: 18.5 hasta 24.9)lo que indica claramente sobrepeso según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, sino que ese grupo también aumentó más de peso durante el estudio.
Entre las 2.873 mujeres que desarrollaron diabetes en 10 años, los expertos notaron una mayor probabilidad del desorden ligado con el azúcar en sangre en las consumidoras de hamburguesas y pollo frito, pero no en las de otras comidas rápidas.
Finalmente, Palmer sugiere que es posible hallar asociaciones similares en hombres y mujeres y destaca la necesidad de que se realicen más investigaciones sobre la relación entre la comida rápida y la diabetes, en otras poblaciones.