Todo mundo sabe que la clorofila es uno de los componentes esenciales de las plantas verdes, producto de la fotosíntesis, pero pocos saben que la clorofila ofrece un enorme potencial para la salud humana.
El componente activo que se obtiene de la clorofila es la clorofilina, que es soluble en agua y conserva las propiedades de la planta.
Curiosamente, la clorofila está relacionada con el protohemo, que le da su pigmentación roja a la sangre. Actualmente se pueden encontrar en el mercado suplementos alimenticios de clorofila líquida o en cápsulas.
La clorofila tiene propiedades desintoxicantes y antioxidantes, lo que la convierte en una poderosa oxigenadora celular y en una fuente importante de vitaminas y minerales. Ayuda a la circulación de la sangre, a tener un metabolismo más equilibrado con una notable acción sobre hígado, riñones y colón.
Otra de las acciones de la clorofila se da sobre la halitosis, combatiendo el mal aliento provocado por el tabaco, el alcohol y los alimentos. También disminuye el olor de la transpiración.
La clorofilina baja los niveles de colesterol y triglicéridos. Según algunos estudios, parece tener alguna acción contra el cáncer. Es un buen paliativo contra los efectos secundarios de algunos medicamentos.
La clorofilina se extrae de vegetales de hojas verdes: brócoli, repollas (coles) de Bruselas, repollo (col), lechuga, perejil, alfalfa y espinaca, así como de algunas variedades de algas y del pasto de trigo.