Llega la noche. Mientras te aseas y alistas para la cama, surge en tu rostro una amplia sonrisa. La anticipación que sientes frente a lo que promete ser una noche ardiente y fabulosa te embarga, hasta que llegas a tu cama. Una vez más encuentras que tu pareja, lejos de lanzarse fogosamente a tus brazos, decidió rendirse ante Morfeo. Esta noche, como tantas otras, no te queda más que intentar dormir.
Entre el amor y el deseo
Iliana y Franco son una pareja de españoles que, tras superar un época difícil, llevan dos años de un matrimonio feliz. El problema, explica Iliana, era una cuestión de necesidades sexuales.
"El quería sexo todo el tiempo y yo, sinceramente, no iba a su ritmo. Lo amaba, pero no con esas ansias locas de hacerlo todas las noches", cuenta.
Entrampados en "hoy no, por favor" y "te lo ruego, amor", Iliana y Franco decidieron buscar ayuda especializada. Un año después de este impasse, ambos reconocen que en el caso de ellos no faltó amor, sino comunicación y creatividad.
Encontrar el punto medio en la balanza del amor y el sexo es un reto cotidiano para casi la mayoría de parejas del planeta, señala Erika Izú Roxín, psicoanalista de un centro de consejería matrimonial en Argentina.
"Lo mejor es hablar con total franqueza de las necesidades del uno y el otro, adecuarse a los pedidos del ser amado y buscar que aquello que haga feliz al otro también te haga feliz a ti", afirma.
Para el colombiano Walter Ruso, psicólogo clínico y autor de ¿Amar o depender?,el desbalance parte de una diferencia entre los sexos. Mientras para la mayoría de hombres una relación afectiva sin sexo es inconcebible e insoportable, para las mujeres -sin decir que lo sexual no sea importante- sexo sin afecto es incompleto.
"Los problemas empiezan cuando se rompe el equilibrio entre las necesidades de ella y él. Mucho amor y nada de sexo, o viceversa, predisponen la ruptura", dice el psicólogo y escritor.
Los problemas empiezan cuando se rompe el equilibrio entre las necesidades de ella y él.
"Lo mejor es hablar con total franqueza de las necesidades del uno y el otro, adecuarse a los pedidos del ser amado y buscar que aquello que haga feliz al otro también te haga feliz a ti", afirma.
Para el colombiano Walter Ruso, psicólogo clínico y autor de ¿Amar o depender?,el desbalance parte de una diferencia entre los sexos. Mientras para la mayoría de hombres una relación afectiva sin sexo es inconcebible e insoportable, para las mujeres -sin decir que lo sexual no sea importante- sexo sin afecto es incompleto.
"Los problemas empiezan cuando se rompe el equilibrio entre las necesidades de ella y él. Mucho amor y nada de sexo, o viceversa, predisponen la ruptura", dice el psicólogo y escritor.
Los problemas empiezan cuando se rompe el equilibrio entre las necesidades de ella y él.
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