Médicos del Instituto de Estudios del Cáncer de Londres creen que los
antioxidantes que se encuentran en las uvas podrían proteger contra la
fibrosis quística. Cada año, este mal afecta a miles de mujeres en todo
el mundo. Las lesiones o cicatrices que con frecuencia aparecen alrededor
del pecho pueden endurecerse e incluso ser dolorosas.
Las cicatrices pueden aparecer mucho después de que la mujer se
haya sometido a tratamiento de quimioterapia para el cáncer de mama.
En años recientes, los avances en tratamiento de radioterapia han llevado
a un descenso en las probabilidades de que la mujer desarrolle una fibrosis
quística. Sin embargo, la fibrosis puede aparecer y el médico no puede
ofrecer a la paciente garantías de que no tendrá ningún tipo de lesiones.
Hasta el momento no se ha consiguido averiguar las causas de la fibrosis
uística; no obstante, algunos médicos sospechan que éstas podrían provenir
de la liberación de radicales libres al realizarse una radioterapia.
Los radicales libres se esparcen como un oxidante biológico y pueden
dañar las células que forman el ADN.
Los antioxidantes pueden, potencialmente, sanar las moléculas dañadas.
El doctor John Yarnold y científicos de su equipo del Instituto de Estudios del
Cáncer estudian si las propiedades que hay en las uvas podrían desempeñar
un papel importante. "Las semillas de las uvas contienen una mezcla de
componentes denominados isoflavones, que también se encuentran en las
frutas y en los vegetales", afirma el profesor Yarnold. "Tienen propiedades antioxidantes que podrían ser superiores a antioxidantes ya conocidos
como la vitamina E o la C.", explica John Yarnold.
Los médicos del Instituto planean emplear inicialmente a 72 pacientes.
A la mitad de ellos se les suministrará extracto de semilla de uva, mientras
que la otra, recibirá una píldora sin efecto. Este experimento ayudará a los
doctores a determinar si el extracto de semilla de uva puede proteger a
la mujer de fibrosis quística.
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