Las cucarachas comen cualquier cosa, excepto azúcar. Estos insectos han evolucionado para aprender cómo detectar y evitar un cierto tipo de glucosa que se encuentra a menudo en las trampas para matarlas, según una investigación publicada en la revista estadounidense Science.
Los científicos se centraron en las pequeñas y delgadas cucarachas alemanas, que viven en hogares, oficinas y apartamentos de todo el mundo, en cualquier lugar por donde pisan los humanos y dejan migas tras de sí.
Ya se había observado un aparente desprecio por las trampas con dulce en algunos de estos tipos de cucarachas a comienzos de los años 1990, unos siete u ocho años antes de que las trampas comerciales que utilizan glucosa se multiplicaran en el mercado, afirmó el investigador Coby Shcal, de la Universidad estatal de Carolina del Norte (este de EEUU).
Las cucarachas evolucionaron rápidamente, notaron los científicos, que observaron el nacimiento de nuevas generaciones que heredaban una aversión genética a la glucosa.
Y ahora, Schal y sus colegas entienden bien por qué.
Las cucarachas con aversión a la glucosa utilizan pequeños pelos para probar la comida y la rechazan si contiene, porque para ellas tiene un sabor amargo y no dulce.
“Se echan para atrás como si recibieran una descarga eléctrica. Es un comportamiento muy, muy, muy claro. Simplemente rechazan de forma absoluta ingerirlo”, afirmó Shacl, profesor de entomología.
“Es parecido a si uno pone algo muy amargo o muy agrio en su boca y quiere escupirlo inmediatamente”, explicó.
Schal afirma que esta evolución se produjo “increíblemente rápido”, aunque la resistencia a los antibióticos en las bacterias se produce incluso más rápidamente, precisó.
Fenómeno global
Es difícil saber qué porcentaje de cucarachas pasaron a tener aversión a la glucosa. En su estudio, Schal y sus colegas realizaron experimentos con cucarachas en Estados Unidos, Rusia, Puerto Rico y Corea del Sur.
De los 19 tipos de cucarachas estudiadas, siete mostraban rechazo a la glucosa. “Esto es un fenómeno global. No está restringido a Estados Unidos”, afirmó.
Los exterminadores profesionales conocen esta cuestión desde hace un tiempo. La industria agroquímica ha respondido alterando los alicientes para sustituir la glucosa por otras sustancias atractivas.
“No hemos utilizado trampas con azúcar en años”, explicó Bob Kunst, presidente de Fischer Environmental, una empresa antiplagas de Luisiana (sureste).
Muchos de los miembros de la industria de pesticidas no quieren revelar qué es lo que funciona por cuestiones competitivas, pero los expertos saben qué atrae hoy en día a estos insectos.
“Sugeriría que ciertos alicientes altos en carbohidratos con base de proteínas son muy atractivos para las cucarachas”, apuntó Kunst.
“Estamos demostrando que las cucarachas aprenden increíblemente bien. Pueden asociar el olor del aliciente con el castigo de probar la glucosa”.
La cucaracha alemana representa a una de las 5.000 especies de cucarachas existentes.
“Por lo que sabemos, no cumplen ninguna función en el sistema ecológico además de ser una plaga en nuestras casas, y transmitir enfermedades”, señaló a la AFP.
“En los hogares de bajos ingresos, constituye un problema serio. Las cucarachas son responsables de enfermedades alérgicas y asma, por lo que es muy importante controlarlas y eliminarlas”, prosiguió.
Algunos tipos de cucarachas pueden ser sin embargo útiles, al polinizar las plantas en selvas forestales o servir de alimento para escorpiones del desierto.