Estudio comparativo revela que consumir sopa enlatada aumenta en más de 1000% la presencia en el cuerpo de Bisfenol A, un compuesto orgánico ligado a enfermedades del corazón, diabetes y obesidad.
Los alimentos enlatados tienen fama de ser una opción rápida y accesible para un modo de vida supuestamente ajetreado y sin mucha oportunidad para sostener mejores hábitos. Sin embargo, a mediano y corto plazo, estos pueden acarrear serios problemas de salud.
En un estudio comparativo llevado a cabo por Jenny Carwile, estudiante de posgrado en la Escuela de Salud Pública de Harvard, se descubrió que las sopas enlatadas aumentan en 1000% la presencia en el cuerpo del compuesto orgánico Bisfenol A (BPA), decisivo para alterar el funcionamiento hormonal y desarrollar enfermedades como diabetes, obesidad y algunos males cardiacos.
Para saber esto Carwile reunió a 75 voluntarios a quienes dividió en dos grupos. Diariamente, por cinco días, el primero de estos consumió aproximadamente 350 gramos de sopa de verduras enlatada y el resto la misma cantidad pero de sopa fresca. Luego de una pausa desintoxicante de dos días, ambos grupos se intercambiaron y el proceso se repitió.
Al examinar la orina de los voluntarios, se descubrió que el grupo expuesto a la sopa enlatada había aumentado en 1221% la presencia de BPA en sus líquidos corporales en comparación con la orina del grupo que había consumido sopa fresca.
Y si bien en el estudio se empleó una marca específica de sopa, Carwile y sus colegas aseguran que “no importa la marca de sopa o de sopa enlatada, lo que importa es la lata”. El BPA, por ser un derivado de la acetona y del fenol, se utiliza para fabricar los revestimientos de plástico que separan los alimentos y bebidas del metal en la mayoría de las latas y otros envases.
Con este precedente sería interesante estudiar ahora cuántas de las personas que padecen obesidad o diabetes, dos de las enfermedades que tristemente han ido en aumento en los últimos años, basan su dieta en alimentos enlatados.