Se sabe que el ejercicio físico es positivo de por sí, para “curar” cualquier estado mental, ya que promueve la liberación de endorfinas, la hormona que controla las sensaciones de dolor, atención y los estados de ánimo.
Para muchos, la práctica del yoga –una disciplina que nace en la India hace mil años– combina perfectamente la necesidad de cuidar físicamente el cuerpo y también acariciar el alma. Tanto se ha difundido el yoga en Estados Unidos que hasta el gobierno indio tuvo que reclamar porque los productos vinculados al yoga que se quisieron patentar en los últimos años superaron los dos mil. Las autoridades indias definieron al yoga como “sabiduría tradicional, no patentable”.
La Asociación Española de yoga Iyengar indica que “la práctica del yoga ayuda a cualquiera a conseguir una buena salud, paz mental, ecuanimidad emocional y claridad intelectual. Con un cuerpo sano, mente clara y emociones puras, el practicante puede aprender a destacar en su carrera de elección”.
La red Budismo-Valencia, que promueve la práctica del yoga en esa región de España, explica en seis sencillos puntos, los beneficios del yoga y su técnica basada en posturas:
- A tomar conciencia del propio cuerpo.
- A recuperar y guardar energías.
- A la apertura mental.
- A trabajar con las aptitudes internas positivas.
- A reconocer los verdaderos límites personales.
- Al disfrute de la práctica.
Aunque el yoga ha trascendido países, razas, culturas y religiones, su génesis está directamente relacionada con el budismo, la religión que se basa en la meditacion y que tiene como figura o deidad principal a Buda o Siddharta Gautama, según explica David de Frutos Sánchez, autor de la biografía “Buda”.