Aunque una mujer sexualmente activa suele pensar siempre en embarazo
cuando se produce un retraso menstrual, puede haber distintas y
variadas razones.
Cuándo hablamos de retraso menstrual
Es importante delimitar, en primer lugar, cuando nos encontramos ante un retraso menstrual y no confundirlo con lo que los especialistas denominan amenorrea.Para que hablemos de amenorrea se debe de haber producido una ausencia de, al menos, tres menstruaciones en los supuestos periodos que debían de haberse producido. La amenorrea secundaria es aquella que se produce cuando ha habido ya menstruaciones previas de carácter irregular.
Por tanto, te encuentras ante un retraso menstrual cuando han transcurrido más de tres días desde la supuesta fecha en la que te debería de haber bajado la mancha.
También hay que tener en cuenta si tus periodos habitualmente son regulares. Si no lo son, es más complicado delimitar si realmente te encuentras ante un retraso o es que tu cuerpo funciona con esa "regularidad".
Para un cálculo real de cuando debes de empezar a sangrar hay que tener claro cuando ovulas, ya que el primer día de sangrado debe producirse a los 14 días de tu ovulación. Por tanto, si éstas no son regulares, o por distintas circunstancias se altera esa ovulación, se produce una modificación en el día que te debe de bajar la sangre.
Causas de retraso menstrual
- Embarazo. Si eres una mujer sexualmente activa, te recomendamos que tras siete o más días de retraso, te realices un test de gestación. En la lactancia también es habitual la ausencia o la irregularidad de la regla debido a la elevada presencia en sangre de la hormona prolactina. En este último caso no debes preocuparte mucho por un posible retraso menstrual.
- Premenopausia. Es la fase previa a la menopausia, periodo vital que puede durar hasta 5 años. Es habitual que se produzcan desarreglos en la menstruación debido al paulatino descenso de nivel de estrógenos y progesterona.
- Adolescencia. Durante estos años aún no se encuentran bien regulado el nivel hormonal, por lo que también son habituales las faltas temporales de la regla.
- Estrés. Los ciclos hormonales que regulan la ovulación y la regla son especialmente sensibles a las alteraciones emocionales de la mujer. Por lo que no es extraño que se produzcan esos retrasos cuando te sientes ansiosa, nerviosa o estresada.
- Enfermedades. Ciertas enfermedades afectan a la regularidad del ciclo. Es el caso de la endometriosis, el síndrome de ovario poliquístico, afecciones tiroideas como la hiperprolactinémia (exceso de prolactina) o enfermedades crónicas de distinta etiología.
- Consumo de medicamentos. Hay ciertos compuestos farmacológicos que pueden afectar a tu ciclo. Un ejemplo son los anti-psicóticos y los antidepresivos. Si te estás sometiendo a quimioterapia, tú médico te habrá advertido de las posibles irregularidades del ciclo menstrual.
- Variaciones bruscas de peso. El aumento o la pérdida de peso afecta a nuestro ciclo hormonal. De hecho, uno de los primeros síntomas de la anorexia y la bulimia es la amenorrea.
- Ejercicio físico. Es habitual que mujeres con una intensa actividad física noten alteración en la regularidad de sus menstruaciones.
- Cambios horarios. Si viajamos y cambiamos el huso horario, puede afectar a la regularidad.
Recuerda que la menstruación es especialmente sensible a cualquier cambio de nuestra rutina.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta
u otro profesional de la salud competente. La información contenida en
este artículo tiene una función meramente informativa.