Monday, February 23, 2015

Así es el lenguaje gatuno

Con sus movimientos agraciados, que tienen una enorme cantidad de matices, los gatos nos hablan.

‘Los felinos son de otro planeta’ es lo primero que se piensa al ver lo sutiles y expresivos que pueden ser con sus cuerpos. 
Sin embargo, los humanos a veces los malinterpretamos, y por eso lo invitamos a ser más observador con estos sorprendentes animalitos, para construir una relación más armónica con ellos.
Lo primero que debe tener en cuenta es que su mascota convierte su casa en su territorio. “Los felinos todo el tiempo están expresándonos corporalmente su aceptación o rechazo frente a la presencia de personas u otros animales dentro de su espacio”, asegura la especialista en Etología de la Universidad Autónoma de Barcelona Carolina Alaguna Cruz.
En este sentido, también expresan si quieren que los consientan o simplemente que los dejen solos y no los molesten. Pero entenderlos no es tan sencillo, y le recomendamos siempre tener en cuenta el carácter de su mascota (dominante o sumiso) y las circunstancias que rodean sus reacciones.
Amigables y tranquilos
En un estado de armonía, el minino nos dice que todo está bien, que tiene confianza en usted y que es bienvenido en su espacio.
Un bostezo que parece agresivo.
Por lo general, sus pupilas estarán contraídas; las orejas, hacia arriba, y el pelaje se verá liso y peinadito. “Caminaran con paso sosegado, pero no demasiado lento, y la cola puede estar baja o moviéndose suavemente si están interesados en algo”, explica la veterinaria Paola Cardona, con cerca de 10 años de experiencia en el comportamiento de los gatos.
Miedosos e incómodos
En este caso, el carácter del animal influye mucho. “No es lo mismo un gato que reacciona agresivamente para defenderse, que para atacar”, comenta la veterinaria Cardona. Cuando el gato es muy miedoso y se siente amenazado o incómodo ante alguna situación, se hace chiquitico y esconde la cola, mete la cabeza y agacha las orejas. Por el contrario, si es un animal más dominante, su pelaje se eriza por completo y, con la cola erguida, hace movimientos cortos y rápidos, con las pupilas dilatadas y la mirada fija en el foco de incomodidad.

Estas orejas indican miedo.
En cualquiera de las dos situaciones, el animal puede emitir un sonido, conocido como siseo, que está indicando ‘déjame en paz’, ‘no me molestes’, en lenguaje gatuno. “Un animal en este estado de ánimo puede atacar, y resulta siendo más peligroso en el primer caso, porque el gato está más asustado y se descontrola fácilmente”, advierte la especialista en felinos.
Con la barriga al aire
Cuando un gato se echa en el piso boca arriba, no siempre significa sumisión, pero las personas lo interpretan así comúnmente. “Puede ser un signo de amistad frente a una persona que le produzca mucha confianza, pero esto no indica que quiera que le acaricien la barriga”, afirma la veterinaria. Solo tiene que fijarse en la expresión de su rostro cuando le da caricias en esta zona: si este se queda mirándolo fijamente y sus pupilas se dilatan un poco, será mejor que deje de hacerlo.
Pasando un momento difícil
Quizás uno de los estados de ánimo más difíciles de detectar en los gatos sea el estrés, que es una respuesta a una situación en casa que les molesta, o a una enfermedad. La doctora Cardona sostiene que la clave son los comportamientos excesivos que presente el animal. “Si comienza a comer excesivamente o come muy poco, si duerme todo el tiempo o se la pasa escondido, esto puede significar un estrés psicológico o físico”. Estas pueden ser señales de alerta para consultar a un especialista.
Bigotes prácticos y ronroneo engañoso
Los bigotes de los gatos son un órgano sensorial muy útil, que les ayuda a percibir vibraciones, temperaturas, movimientos y, en cierta medida, a ‘leer’ el ambiente. Cuando se hacen hacia adelante, estos indican que tienen un interés en algo; y cuando están completamente hacia atrás, puede sentirse temeroso o asustado.
El ronroneo no es siempre una señal de felicidad, placidez y tranquilidad, como se asume comúnmente.

Las pupilas contraídas son una señal de tranquilidad y calma.
También ocurre cuando el gato está enfermo o adolorido y trata de calmarse emitiendo ese sonido. Así mismo, puede usarlo cuando siente temor o miedo.


DANIELA FORERO SÁNCHEZ
Redactora EL TIEMPO