Wednesday, April 2, 2014

Cómo elaborar mermeladas caseras



Las mermeladas caseras son muy fáciles de elaborar, aunque se requiere tiempo para hacerlas. Tradicionalmente, era una forma de conservar fruta para utilizarla en estaciones frías.

En lugar de utilizar grandes cantidades de azúcar, recomendamos usar fruta seca (dulce muy concentrado) en su lugar como base para la mermelada; especialmente, pasas de Corinto u orejones.


Es importante que la fruta seca sea natural (no haya sido tratada con sulfatos), de manera que su color será algo más ocuro.
A la hora de preparar la mermelada utilizar:


  • 1/4 parte de fruta seca
  • 2/4 partes de fruta fresca neutra (como manzanas o peras dulces peladas)
El resto de la fruta se deja a la elección del cocinero, dependerá del tipo de mermelada que se quiera elaborar. Todo ello junto con una cucharadita de sal marina.
Estas proporcines pueden cambiarse al gusto de cada persona. La fruta seca nos dará el dulzor natural, la neutra el volumen, y el resto de la fruta el color o sabor. La sal marina ayudará a atraer a la superficioe el dulzor de la fruta.
Pueden probarse un sinfín de variantes. Sugerencias:


  • pasas, manzanas y moras
  • pasas, manzanas y fresas o frambuesas
  • pasas, manzanas y cerezas
  • pasas, manzanas y naranja
  • orejones, peras y melocotones
  • orejones, peras y albaricoques…
Podemos, como variante, usar la ralladura de algún cítrico para hacer las mermeladas. Debemos recordar, no obstante, que la segunda piel del cítrico es amarga, por lo que no debemos añadirla a nuestros preparados caseros, a excepción claro está, que queramos este sabor.
Procedimiento:

  1. Pelar las manzanas o peras y cortarlas a trozos pequeños
  2. Colocar toda la fruta, con la sal, en una cazuela de fondo grueso (fruta seca, fresca troceada, sal marina y la ralladura de cítrico si se dedea). Añadir un fondo de agua para empezar el proceso y evitar que se queme.
  3. Remover constantemente durante unos minutos, con un espátula de madera, hasta que la fruta empiece a sudar y expeler su líquido. Tapar. Usar una placa difusora y cocer a fuego medio durante 1 hora aproximadamente.
  4. Es importante ir supervisando la fruta para que no se pegue al fondo de la cazuela.
  5. Destapar al cabo de 1 hora y mirar la consistencia y la cantidad de líquido que hay. Si queda mucho cocoer sin tapa para que el jugo se vaya reduciendo.
  6. Añadir copos de agar-agar, previamente remojados durante unos minutos para darle la consistencia gelatinosa. Dejar cocer hasta que se hayan disuelto por completo (7 minutos). Si todavía hay demasiado líquido, cocer durante unos minutos más sin tapa.
  7. Probar la mermelada, si todavía no es lo suficientemente dulce, añadir edulzante natural al gusto: melaza de cebada y maiz o miel de arroz…
  8. Diluir con un poco de agua fría unas cucharadas de kuzu (espesante natural) y añadirlas a la mermelada como punto final, para darle la consistencia y cremosidad. Remover 1 0 2 minutos, hasta que la mermelada tenga un tono más brillante y una consistencia más espesa.
Envasado:
Deberíamos tener envases de cristal herméticos a punto, bien lavados, y llenos de agua caliente.

  1. Verter el agua y llenarlos de la mermelada caliente. Cerrarlos herméticamente.
  2. Hervir los tarros cerrados en una cazuela llena de agua caliente durante 20 minutos. Dejar enfriar y guardarlos en un lugar protegido, sin exceso de calor, hasta consumirlos. Cuando se abran, se deberán guardar en la nevera.
Receta obtenida del libro “La nueva comida energética” de Montse Bradford