Saturday, November 3, 2012

'Consienta su mascota, pero no la humanice': experto

 

El exceso de cuidados y mimos puede generar en ellos comportamientos de agresividad.

Dejar de comer, ladrar descontroladamente, agredir, mostrarse ansioso, acicalarse excesivamente y, en casos extremos, automutilarse son parte de las consecuencias de sobreproteger a los perros. La causa radica, en gran parte, en que los propietarios tienden a humanizar su mascota, según Liliana Chahuta, etóloga y creadora de Pet Life.  

"Además de vestirlos y abrigarlos muy bien, incluso cuando tienen bastante pelo, las personas los dejan subir a las camas, los consienten como si fueran niños y, cada vez que el animal hace un gesto particular, le dan una galleta", ejemplifica Chauta.  

Incluso, agrega la experta, hay quienes los cargan en canguros especiales, para no dejarlos caminar, cuando lo que más necesitan es ejercitarse.  Aunque para las personas estas acciones son demostraciones de cariño, el animal las interpreta de otra forma. Él se sentirá el líder de la manada, al punto de llegar a agredir. 

"Muchos propietarios creen que lo que necesita el animal son cuchicheos y caricias exageradas. Sin embargo, lo que ellos requieren son dos cosas fundamentales: alimentación y ejercicio, según la edad y la raza", agrega.  
Pero no basta con servirle la comida y dejarla en el suelo, a la espera de que el perro coma cuando quiera. Tampoco se trata de sacarlo a pasear 15 minutos en la mañana y 15 en la noche, solo para que haga sus necesidades fisiológicas. Según la experta, "hay que establecer horas de comida (en la mañana y en la tarde, en el caso de los adultos) y sacarlos a pasear por lo menos una hora diaria, ya que necesitan ejercitarse y socializar con otros animales".  

Para el veterinario Andrés Cadelo, de Panaca Sabana, a los animales se les puede brindar mucho cariño, pero sin dejar de entender que son animales pues aunque pueden seguir órdenes, no tienen democracia. "Entre ellos, uno es el dominante y el otro, el subordinado y en casa tiene que ser de la misma forma. Así que el humano debe ser el dominante: es quien da las órdenes, da la comida cuando lo considera y establece los límites del juego", afirma Cadelo. 

Por ejemplo, complementa el veterinario, si el perro se asoma al comedor cuando todos comen, el peor error es darle bocados. El animal, desde cachorro, debe aprender que esa no es su comida, su espacio ni su horario de alimentación. 

Lo mejor es ignorarlo siempre y luego, cuando se le sirva la comida, se deja en la taza durante un tiempo, pero luego se retira.  Ahora, si el perro ya está muy consentido, lo primero es empezar a poner reglas y a quitarle eso que usted ve como cariño.